15 mayo 2009

Instituto de Nanobiomedicina en China, inspirado en formas celulares.


Un diseño inspirado en formas celulares alojará un instituto biomédico de la Universidad de Sichuan,un atrio coronado con los cromosomas XY, un jardín interior decorado con mitocondrias, todo ello, envuelto en una membrana celular. Estos son algunos de los elementos arquitectónicos del nuevo laboratorio de investigación que se va a construir en la Universidad de Sichuan, en la ciudad china de Chengdu. Los creadores del proyecto, encabezados por un arquitecto y un bioingeniero, lo llaman el edificio-célula.

El proyecto alojará el Instituto de Tecnología Nanobiomédica y Biología de Membrana de esta universidad, una de las más importantes del país, sobre todo en investigación científica. Precisamente, la primera conferencia internacional sobre este tema tuvo lugar en Sichuan el pasado junio.

El nuevo edificio tendrá casi 16.000 metros cuadrados de laboratorios, otras zonas de investigación y lugares de reuniones. Algunas de las salas de juntas se han organizando como protrusiones en la fachada (ver imagen), comunicadas directamente con los laboratorios y oficinas del interior. "Las ventanas abultadas del exterior están dispersas por la superficie del edificio, justo como proteínas en una membrana celular", explica Audrey Roy, especialista en informática e ingeniería electrónica, además de coautora de este proyecto.

Mientras tanto, el interior se ha decorado con formas inspiradas en la biología molecular, como unas piscinas en forma de mitocondrias y endosomas (otros componentes de la célula). Sus formas oníricas y redondeadas recuerdan tanto a elementos de la naturaleza como a edificios gaudinianos o de arquitectura orgánica. "Esperemos que la primera creación de bioarquitectura molecular estimule muchos diseños arquitectónicos inspirados en estructuras biológicas", señala Shuguang Zhang, bioingeniero y científico en el Massachusetts Institute of Technology.
Historia de un edificio

El nacimiento del proyecto de Chengdu ha sido fruto de la colaboración de Zhang y el arquitecto Sloan Kulper. Ambos se conocieron en un curso que impartía Zhang sobre la estructura molecular de los materiales biológicos. En sus clases, solía hablar de la curiosa similitud entre la arquitectura y las formas biológicas. "Si pudiesen ampliarse miles de millones de veces, como en un edificio, estas estructuras moleculares podrían verse, tocarse y admirarse", decía. Durante aquel curso, Zhang animaba a Kulper a que aplicase los principios de la investigación científica a sus trabajos arquitectónicos. Al año siguiente, el bioingeniero contactó con el arquitecto de nuevo. A Zhang, que se había graduado en bioquímica en la Universidad de Sichuan, le habían nombrado asesor para la organización del nuevo instituto en esta universidad.

"Zhang me ofreció la oportunidad de desarrollar conceptos para el edificio. Como edificio de investigación biológica, nos daría la oportunidad de diseñar para un cliente que aprecia los detalles que hacen referencia a conceptos biológicos. Comencé trabajando en bocetos justo después de que [Zhang] me diese más información básica sobre las necesidades funcionales del edificio, así como fotos de Chengdu", explica el arquitecto.

Kulper y Roy pasaron tres meses en Beijing, donde trabajaron en un diseño preliminar con arquitectos del Instituto de Investigación y Diseño Arquitectónico de la Universidad de Tsinghua. Su construcción costará 12 millones de dólares y está previsto que comience en los próximos dos años. Todavía no hay fijada una fecha de finalización. Zhang no duda de la acogida que tendrá el proyecto: "Es biología. ¿Cuánta gente odia los árboles? ¿Cuánta gente odia las conchas marinas y los hongos?", ha declarado a 'The New York Times'.

Fuente: ElMundo.es

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