16 febrero 2017

Los bordes de Lima - la Ciudad crece, invade el desierto y trepa las montañas


La Metrópoli Limeña se extiende mas allá de los tres valles que la abastecían, crece día a día, se impone en el desierto costero, trepa las montañas y se escurre por las numerosas quebradas  de los contrafuertes andinos.

En un reciente recorrido por el Distrito de Villa María del Triunfo, pudimos llegar a uno de estos bordes o límites momentáneos de la urbe limeña,  un lugar donde terminan los asentamientos y prevalece aun  la montaña , agreste, alta, con gran pendiente, pero que seguramente muy pronto será vencida por quienes la ocupen y empiecen a vivir en ella.

Este límite esta muy cerca de la plaza del distrito hacia el sur en la montaña cercana que ya fue ocupada por otro de sus frentes, y que en el invierno se torna de un leve color verde por la presencia de vegetación, las lomas del sur que cambian el panorama árido de la zona.


  Las montañas del fondo han sido plenamente dominadas por los pobladores, están colmadas de viviendas precarias, muchas con las áreas mínimas, delante  las viviendas han crecido, probablemente  los hijos ocupan los pisos superiores.


Una pareja regresa de hacer compras en el mercado de Villa María, llevan las bolsas con las provisiones de la semana, toman un descanso para empezar a ascender  por incontables peldaños que los llevarán a su hogar.


Las familias construyen por etapas, esta vivienda ya fue tarrajeada, se han colocado ya las ventanas aun faltan algunos vidrios, y el techo se ha cubierto de manera provisional con material ligero, hasta conseguir el dinero para poner un techo aligerado de concreto.


Esta escalera lleva a las viviendas que están muy cerca del límite, subir y bajar diariamente estas escaleras  llevando las provisiones debe ser muy cansado, hemos visto a niños, jóvenes, adultos e incluso adultos mayores que hacen el recorrido sin mayor problema, descansando, eso si cada tramo.


Los pobladores aprovechan al máximo todos los espacios, la familia que ocupa esta vivienda, decidió tener su propio jardín  a pesar de lo empinado que es el terreno,  las plantas dan alegría y frescura al  lugar y son útiles  para el consumo diario.


Construir es un tarea de nunca acabar, los pobladores siguen venciendo a la montaña, hacen terrazas, para seguir edificando,  aprovechan los días libres, las horas libres para continuar con esta tarea, y para evitar que el sol quite las ganas de avanzar, un techo ligero  para trabajar a la sombra.


Interesante contraste en los materiales, las bases de puro concreto armado,  el techo es apenas de un techo ondulado ligero, sobre estructura de madera. El proceso constructivo no solo es por etapas, también  considera transformaciones en los materiales, se empieza con lo que se tiene o puede comprar, luego si hay mas dinero se cambia por materiales mas resistentes y duraderos.



Una calle con vista panorámica a los asentamientos de la parte inferior y el frente, así como las casas las calles se construyen poco a poco, en  la que mostramos aun no esta el asfalto, pero ya están los postes de luz, está listo también el muro de contención y las escaleras.


Terreno sobrante?, simplemente no, nos dijeron que tiene dueño, y que muy pronto empezará con las obras,  para los pobladores no hay límites, dejando  a un lado las recomendaciones técnicas  de edificar en terrenos llanos o de escasa pendiente. este es un desafío a la gravedad y a las normas.



Subir, seguir subiendo, hasta llegar, parece ser el lema de quienes habitan este asentamiento, las escaleras con gran pendiente se sobreponen a la pendiente  rocosa de la montaña, entre tramos sumamente largos de escalones,  algunos descansos para  retomar el aliento.



El sueño de la casa propia, cumplido pero en parte, se empezó con lo que se tuvo al alcance, en este caso maderas y planchas de triplay o trupán, techos ondulados sobre maderas rollizas, lo importante es ocupar el espacio y  seguir trabajando duro para transformar  la madera en concreto.



Vista hacia el norte, la ciudad es interminable, los asentamientos han dominado otras montañas similares, las casas llegan a las cumbres y rebalsan, se desbordan hacia las zonas vecinas, miles de personas ocupan un territorio que antes era desierto y montañas áridas.





Las cumbres de una montaña que aun no ha sido completamente vencida por los pobladores, pero no por mucho tiempo, a pesar de la gran pendiente, ya hay algunos caminos, son los primeros intentos de ocupar  este lugar.



Los pobladores ya van cumpliendo con su deseo, la montaña  va dando paso a terrazas donde pronto estarán las casas, las calles y la comunidad, aquí la montaña provee generosa  un material constructivo de gran calidad, la piedra que  estará luego en los cimientos y muros.


La ciudad se construyen poco a poco, día a día, en momentos que los pobladores dejan sus trabajos y quien seguir avanzando en el logro de sus sueños, sacando horas al día y a la semana, hay grandes testimonios de solidaridad, de ayuda entre ellos, hoy por ti y mañana por mi,  esta vigente  la costumbre de la retribución andina.








Muchos pobladores, ocupan el espacio público, en este caso las escaleras para ampliar la vivienda a otros pisos superiores independientes,  esta sobre  zonas de uso público,  es muy frecuente este tipo de hechos, por el desconocimiento de las normas o el falso principio  que muchos repiten " este es mi casa, y puedo hacer en ella lo que quiero "




Y la historia continua, la ciudad sigue creciendo,
 los sueños  se siguen cumpliendo, a pesar del calor...



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